Palabras
clave (key words): María Kodama, Bioy Casares, Alejandro Vaccaro, Beatriz
Bibiloni.
Borges y Kodama se casaron por poderes, él estaba en
Ginebra y ella en Paraguay, con algunas irregularidades en la partida
matrimonial. No hacía falta la boda para que Kodama heredara, pero lo hicieron
porque Borges lo pidió así. Los cercanos al escritor no acababan de creerlo; su
hermana, Norah Borges, dijo que se trataba de una ‘unión diabólica’. Hubo más
comentarios de esta índole. Bioy Casares afirmó que Borges no quería irse a
Ginebra y que sólo lo hizo por la presión de Kodama. Esta tuvo quizá razones
para decir que “conoció la maldad cuando se casó”. Borges murió el 14 de junio
de 1986 y fue enterrado en el cementerio de Plain-Palais. La lápida encierra
referencias a su relato Ulrica, cuyo
personaje está, según Kodama, inspirado en ella. Amigos de Borges dijeron que
este quería descansar con sus antepasados en el cementerio de La Recoleta y que
deseaba un escueto epitafio invocando el olvido.
Dos años después de la muerte de Borges, en 1988, Kodama
creó la Fundación Internacional Jorge Luis Borges y desde entonces se entregó
“al enorme trabajo que supone difundir una obra tan maravillosa e inmensa”. Se
vio enzarzada en múltiples problemas judiciales con los detentadores de
derechos e intereses sobre la obra del difunto: con su traductor al inglés,
Norman Thomas di Giovanni, coautor de Un
ensayo autobiográfico del argentino; con el ensayista Osvaldo Ferrari y, el
más reciente, con motivo de la reedición de las Obras Completas de Borges en la colección La Pléiade, de Editorial
Gallimard, de Francia.
No fueron sólo problemas judiciales. Kodama es atacada en
ocasiones y sabe defenderse. También sabe atacar y que sean los otros los que
tengan que oponerse. De Bioy Casares, el eterno amigo de Borges —este lo llamó
dos días antes de su muerte, desde Ginebra, para despedirse— dijo que era “un
desecho humano”, por haber revelado en su autobiografía la identidad de sus
amantes, que fueron bastantes, añado yo, porque era poco inhibido, muy
diferente en esto de Borges. Era, sigue diciendo Kodama, “el Salieri de Borges,
que lo consideraba un cobarde”. Uno de los que respondieron a este insulto fue
Alejandro Vaccaro, quien escribió que “tildarlo de desecho humano y cobarde era
un agravio gratuito e inmerecido para quien transitó con éxito su larga vida
literaria, gran parte de ella junto a su amigo Jorge Luis Borges”.
No puedo detenerme más. Sólo querría hacer dos últimas
puntualizaciones. Epifanía Uveda de Robledo, Fanny, la mucama de la familia
Borges durante cuarenta años, afirmó, en el libro El señor Borges, escrito con Alejandro Vaccaro, contestando a la
pregunta sobre el presunto amor de Borges y Kodama: “¿Amor? Eso nunca fue amor,
lo que pasa es que él estaba muy solo. Ella maltrataba al señor, yo fui
testigo. Le gritaba y un día lo empujó en la puerta del ascensor. El señor de
quien estuvo muy enamorado fue de Estela Canto. La adoraba y guardaba su
fotografía entre sus libros. Ella fue su novia desde los 17 años, pero nunca
tuvieron relaciones sexuales. Bueno, pobrecillo, no las tuvo con ninguna de sus
mujeres. Y menos con Kodama. No era algo que le interesara, le tenía pánico. Yo
siempre digo que el pobre señor se murió virgen”.
También cuenta una conversación entre la madre del
escritor y Kodama: ¿Usted está enamorada de Georgie?, preguntó doña Leonor. No,
yo estoy enamorada de la literatura de Borges, pero no del hombre, respondió
Kodama, desconcertada. Apenas se retiró la visita, Leonor hizo un rictus de
horror y, como en los culebrones de la tarde en la radio, dijo en voz alta:
“Esta piel amarilla se va a quedar con todo”. Una matización pertinente es que
Fanny fue víctima de un cambio en el testamento de Borges, en tiempos ya de
Kodama, por el que quedó prácticamente desheredada, como ya conté. Este detalle
debe ser tenido en cuenta a la hora de interpretar sus afirmaciones.
La segunda puntualización es sobre Two English Poems, los dos poemas ingleses del libro El otro, el mismo, que también mencioné
antes. Fueron escritos en 1934, un año antes del indeciso intento de suicidio
de Borges. Las elucubraciones sobre la destinataria de los versos son muy
variadas. Muy probablemente fue Beatriz Bibiloni Webster de Bullrich, nacida en
Buenos Aires el 20 de noviembre de 1901. Leo que su belleza hipnotizó a Buenos
Aires y Nueva York en los años veinte, además de sus habilidades deportivas e
intelectuales. Explico todo esto un poco más en la próxima entrada.
(continuará)
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