Palabras clave (key words): rosas, Théophile Gautier,
Pierre Félicien Letourneur
En el libro citado de Paul Bourget —su título es Sensations d’Italie, editado en París
por Alphonse Lemerre, 1892—, en la misma página 129, encuentro otra cita que me
apetece seguir: Respirons les roses tant qu’elles
ressemblent à tes joues. Embrassons tes joues tant qu’elles ressemblent à les
roses…, comme les convives des banquets païens. La traducción es un mínimo reto, la referencia a los
banquetes paganos me conduce a una discreta ensoñación y, además de todo eso,
me gustaría saber quién lo escribió. Lector, me interesan estas cosas, ¿qué
puedo hacer?
Valoro mucho la labor de los traductores —es una tarea
complicada— y me precio de tener a algunos como amigos. Después de alguna duda,
traduzco: Respiremos las rosas, tanto se parecen a tus mejillas. Besemos tus
mejillas, tanto se parecen a las rosas…, como los comensales en los banquetes
paganos. Ça y est, ya está. Y ahora, a buscar. ¿Quién escribió esto?
El párrafo aparece en la que es quizá la mejor obra de
Théophile Gautier, Mademoiselle de Maupin,
de 1834, una de las más subversivas de todo el siglo XIX francés. La intriga no
es totalmente nueva: una mujer, hastiada de la conducta de los hombres, decide
hacerse pasar por uno de ellos y se convierte en Théodore, un joven de una
extraordinaria belleza, igualmente seductor para hombres y mujeres. Hasta el
viril D’Albert, siempre en busca de la mujer ideal, se enamora de él, aunque
barrunta que ha de ser, forzosamente, una mujer disfrazada.
En el capítulo IX, el titulado Cela est ainsi…,
se lo cuenta en una carta a su buen amigo Silvio y le habla del amor pagano: No
es como el de las poesías eróticas de la era cristiana, un alma que pide a otra
que la ame, le explica. El amor pagano, se podría concretar en estas palabras (traduzco,
recorto y compongo), dirigidas a una mujer imaginaria: Cinthia, sois
bella, daos prisa. ¿Quién sabe si viviréis mañana? Esas rosas que huelen bien
hoy, tendrán mañana el olor de la muerte y no serán más que cadáveres de rosas.
Respiremos las rosas, tanto se parecen a tus mejillas. Besemos tus mejillas,
tanto se parecen a las rosas. Daos prisa, Cinthia; la más pequeña arruga puede
ser la tumba de un gran amor.
Parecida expresión encuentro en una obra de Pierre Prime
Félicien Letourneur (1737-1788), Le
jardín anglois. Letourneur fue un literato francés y un excelente
traductor. Fue el primero que dio a conocer a Shakespeare en Francia. Tradujo
todas sus piezas teatrales, así como las de otros escritores ingleses. En la
obra citada, en la que mezcla traducciones y materia propia, hallo estas
palabras, otra vez con las consabidas referencias a las rosas y a ‘respirar su
aroma’, en este caso, el de la violeta: Respirons les
premiers esprits de la jeune violette, avant que le vent du midi ait épuisé son
âme odorante. […] Qu’il est doux de cueillir sur les roses de tes lèvres le
premier baiser, tandis que le merle réveille…! Aquí conservo el breve
texto francés y traduzco: Respiremos los primeros espíritus de la joven
violeta, antes de que el viento del mediodía haya agotado su alma olorosa […] ¡Qué
dulce recoger sobre las rosas de tus labios el primer beso, mientras el mirlo
despierta…!
Queda todavía que hablar de las rosas, pero será otro
día.
(continuará)