Amigos lectores, tengo que contar lo que me pasa con este
blog y me ampararé en una conocida coplilla popular, que algunos atribuyen a
Antonio Machado, lo que resulta altamente improbable: Ni contigo ni sin ti / tienen
mis penas remedio; / contigo porque me matas, / y sin ti porque me muero.
Lo explico enseguida.
Dejé de escribir el blog, aunque siempre dije que no
sería una retirada definitiva, porque me sorprendí más de una vez hablando con
él y planeando temas o proyectos. No quería yo —a mis años, cuando se busca la
libertad que fue imposible durante casi la entera vida— una relación que supusiera
cualquier tipo de obligación. Así, he estado un mes sin escribir ninguna entrada y todo el
mundo tan contento: mis lectores y yo.
Pero empieza otra vez el ronroneo. Los temas de
actualidad, que trato de evitar cuidadosamente, se han hecho tan pintorescos,
que cuesta trabajo no pararse y dedicar alguna glosa a tanta majadería. Sobresale
un proyecto de encuesta de la Generalitat, preguntando el parecer de los
ciudadanos catalanes sobre la conveniencia de no obedecer siempre la ley. Lo podrían
enriquecer aún más inquiriendo sobre la aceptación popular de robar alguna vez,
asesinar de vez en cuando, violar en determinadas circunstancias, etc.
Lo de viajar y contar las cosas es distinto y más goloso.
Acabo de visitar de nuevo la provincia de Granada, la Alpujarra, la costa, etc.,
y me gustaría compartir algo de mis impresiones. Recuerdo, sin embargo, que dejé
pendiente una croniquilla sobre un viaje del año pasado a Las Hurdes —posterior
al de Batuecas, al que dediqué seis de mis últimas entradas— y creo que cumple
hablar antes de ello. Podré así rememorar la figura de un excelente cirujano y
escritor español, José Goyanes Capdevila (1876-1964), que perteneció al grupo
que Gregorio Marañón reunió para acompañar al rey Alfonso XIII en su famosa visita a esa
región. Me parece justo, porque a Marañón lo conoce todo el mundo, pero no así
a Goyanes. Además fui compañero en mi hospital de un hijo de este último, cirujano
también, que me regaló algún libro de su padre.
De mi reciente viaje a Granada, sólo adelantaré otra
famosa y conocidísima coplilla, presente en más de un sitio de la ciudad, cuya
autoría no es tan evidente: Dale limosna,
mujer, / que no hay en la vida nada, / como la pena de ser / ciego en Granada.
El autor fue un mejicano, Francisco de
Icaza y Beña (1863- 1925), crítico y poeta afincado en España, casado
con una española criada en Granada. Su hija Carmen de Icaza, fue una popular
novelista. Carmen Díez de Rivera fue nieta de este mejicano y el actual
ministro de educación, Íñigo Méndez de Vigo, es bisnieto.
Resumiendo: sin prisas, sin compromisos, hablaré, cuando
sea, de un viaje a Las Hurdes y luego de otro a Granada. Con toda la literatura
y elucubraciones anejas, claro. En fin, que seguiremos asomándonos aquí, de vez
en cuando. Un cariñoso saludo a todos.
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