Palabras clave
(key words): Ronsard, Sonnets pour Hélène, Le second livre des amours
El principal objetivo de estas entradas en cadena es
mostrar, a propósito de las metáforas sobre rosas, textos de diversos autores; algunos
de ellos nada actuales o poco conocidos. Uno de los versos más citados de este
elenco es de un poeta francés del siglo XVI, Pierre de Ronsard: el celebérrimo Cueillez dès aujourd’hui les roses de la vie (Coged ya hoy las rosas de la
vida). Es, como otros
expuestos, un canto al tiempo presente, una llamada angustiada a gozar de la
vida y desconfiar del futuro. Ronsard conoce bien a Horacio (tradujo sus Odas epicúreas) y además vivió pronto la
brutalidad y aspereza de la muerte. Con doce años entró en la corte, al
servicio del Delfín, que murió tres días después, con diecisiete años. Un año
más tarde fue nombrado paje de su hermana, Magdalena de Francia, casada con el
rey Jacobo V de Escocia, y la reina murió a los pocos meses, sin cumplir los
diecisiete. Es fácil imaginar la impresión de estos tristes sucesos en alguien
asomándose al umbral de la adolescencia.
Debería ser breve,
pero no puedo dejar de citar el principio del poema al que pertenece el verso
de más arriba. Está en los Sonnets pour Hélène, que Ronsard
escribe, por sugerencia de la reina Catalina de Médicis, para tratar de
consolar a la bella y virtuosa Hélène de Surgères, una dama de su corte que
acaba de perder en la guerra al capitán Jacques de La Rivière, de quien estaba
enamorada: Quand vous serez bien vieille, au
soir, à la chandelle, / assise auprès du feu, dévidant et filant, / direz,
chantant mes vers, en vous émerveillant: / Ronsard me célébrait du temps que
j’étais belle ! […] Vivez, si m’en croyez, n’attendez à demain: Cueillez dès aujourd’hui
les roses de la vie (Cuando seáis anciana, al atardecer, a la luz de las
velas, / sentada junto al fuego, devanando e hilando, / diréis, cantando mis
versos, maravillándoos: / ¡Ronsard me celebraba en tiempos que era bella! […]
Vivid, si me creéis, no esperéis al mañana: Coged ya hoy las rosas de la vida).
Todo tiene su
justa medida, lector. En otro soneto de Ronsard, de título Toma esta rosa, esta palabra se repite nueve veces. El primer
cuarteto es: Toma esta rosa, amable cual tú
eres; / rosa entre rosas bellas, la más rosa; / diosa en flor entre flores, la
más diosa, / de las Musas, la Musa de Citeres. Tanta repetición
cansa y los retruécanos y juegos de palabras. Sin embargo, hay ritmo, hay
música, hay ingenio: es poesía. Otro poema
de Ronsard comienza Mignonne, allons voir si la rose…, a la que ya en el siglo XVI le puso música Jehan
Chardavoine y figura en cancioneros desde 1575.
No me resisto a
copiar un par de cuartetos, de otro poema que está en Le second livre des amours, de1555, aunque me aparte del tema. Es
sobre el amor y recuerda sin duda a otro famosísimo y excepcional de Lope de
Vega: C’est mille maux pour une seule
œillade, / c’est estre sain, et feindre le malade, / c’est en mentant se
parjurer, et faire / profession de flatter et de plaire. / C’est un grand feu
couvert d’un peu de glace, / c’est un beau jeu tout remply de fallace, / c’est
un despit, une guerre, une tréve, / un long penser, une parole bréve. Grafía de francés
antiguo. La traducción española: Es mil males por sólo
una mirada, / es estar sano y fingirse enfermo, / es perjurar mintiendo, y hacer / profesión de adular y complacer. Es un gran fuego
envuelto en poco hielo, / un bello juego repleto de falacia,
/ es un despecho, una guerra, una tregua, / un largo pensar, una palabra breve.
Soy un fiel admirador de la gran literatura francesa.
Pero si comparo estos versos con los de nuestro Lope, tengo que decir que hay
gran trecho entre ambos, a favor del español. Hablaré un poco más de Ronsard y
de La Pléiade en otra entrada.
(continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario