Palabras
clave (key words): anuncio cervecería, ideas fuerza, Curzio Malaparte.
Amigo lector, no tengo arreglo. Las dos últimas entradas
de mi blog son sendas listas de todas las publicadas, por orden cronológico y
alfabético. Las hice porque había llegado a las 250 entradas… ¡y casi 200.000
palabras! Me formulo otra vez el propósito de hacerlas más cortas y me temo que
no me es posible. Lo único que se me ocurre es ir escribiendo poco a poco y que se
me vaya siguiendo, si hay voluntad.
He estado unos días fuera de Madrid y me encontré con un
gracioso anuncio en la cervecería de una ciudad costeña: “Se necesitan clientes.
No hace falta experiencia”. Y me dije, lo contaré en mi blog: algo sencillo,
breve, sin complicaciones. Luego recordé algunas frases, más o menos profundas,
que han influido en mi manera de entender la vida —así, como suena, la vida— y
que no tienen puñetera relación con el anuncio. Detrás vino lo de las ‘ideas
fuerza’, de las que se hablaba más en mi juventud que ahora. ¿No podría olvidarme de
todo eso y dejar sólo el anuncio? Pues no, ese es mi problema.
Iré contándolo todo, pêle-mêle
(en desorden), poco a poco. Lo de las ideas fuerza viene de Alfred Fouillée y daré aquí la definición que encuentro en el Diccionario de filosofía, de Nicola
Abbagnano: “encuentro de lo interno y de lo externo, una forma que lo interno
toma por la acción de lo externo y por la reacción propia de la conciencia (L’évolutionnisme des Idées-forces, 1890)”.
No se entiende demasiado, ¿verdad? Podría dejarlo así,
pero estoy leyendo a Curzio Malaparte, que escribe algo aplicable al caso y con
gracia. Se refiere a un dicho de una ciudad de la Umbria: “un antico
proverbio di Gubbio, che non si sa bene quel che voglia dire, ma qualcosa deve
pur voler dire” (un antiguo proverbio de
Gubbio, que no se sabe bien lo que quiere decir, pero alguna cosa debe de
querer decir). Pues eso pasa con lo de las ideas fuerza, tal y como las resume
Abbagnano. Y hay muchas cosas así, en ciencia y literatura.
Y pienso en más cosas relacionadas. Así funcionan estas
entradas, lector. Cuento una simpleza de cierta (presunta) gracia; te doy una
expresión francesa que se utiliza a veces (por gente algo o muy pedante); te
digo algo de las ideas fuerza, que desarrollaré después; te acerco a Malaparte,
a un delicioso libro suyo, Maledetti
Toscani, sin traducir al español aisladamente, aunque supongo que estará en
sus Obras completas, que sí existen.
En fin, voy dando pistas, para que los lectores las
sigan, si les apetece. Así es como me gustan mis entradas y espero que haya
gente a la que le guste leer cosas así. Termino esta, ya más corta, y seguiré con el
tema, con los temas.
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