Palabras clave (keywords): Philippe
Montebello, Gómez Moreno, James. D. Draper.
Revenons à nos moutons!
(volvamos a lo nuestro), que dicen los
franceses, que me desvié de mi narración. Lo sé y digo que escribo este blog
para perderme cuando me lo pida el corazón y que, si no fuera así, lo abandonaría
de inmediato. Lector, ¿cuál es la prisa? Si eres joven, tienes mucho tiempo por
delante. Y si eres viejo, ya todo da igual, no puedes hacer nada. ¡Qué más da,
entonces! Yo cuento mis recuerdos y trato de hacerlos amenos. Ahora, para
continuar con mi hilo —que existe, créeme— te diré que, cuando apareció el
Cupido neoyorquino, me acordé enseguida de mi San Juanito, de mi niñez en
Úbeda. Y por eso escribí al Director del Metropolitan, para que supiera que
existimos, que a veces en Nueva York, con ser Nueva York, no se enteran de
nada. Y él comprendió, en un santiamén, que los ubetenses somos alguien, que Dios
nos puso en el mundo por algo, y dio mi carta a la persona adecuada para
responderla, a James David Draper, que me contestó raudamente. Es así como se
hacen las cosas.
Mi carta al Sr. Montebello, la doy ya traducida y
abreviada:
En Úbeda, provincia de
Jaén, España, existió, documentada desde al menos 1570, una escultura en
mármol de Carrara de San Juan Bautista, de niño, presentada al emperador Carlos
V (Carlos I de España) por el Senado veneciano. La estatua llegó a la ciudad a
través de Francisco de los Cobos, Secretario del emperador, nacido en Úbeda y
fundador de la iglesia en donde se guardó la escultura.
En 1930, Manuel Gómez Moreno, en un artículo escrito en “Archivo Español de Arte y Arqueología,
17:189-97”, atribuyó por primera vez la obra a Miguel Ángel, basado en sus
características y en referencias de Vasari y Condivi, quienes escribieron que
Miguel Ángel, tras retornar a Florencia desde Bolonia, en 1495, cuando tenía
veinte años, hizo un San Juan Bautista niño, para Lorenzo di Medici.
Soy médico, no un experto en arte, y le envío esta
información, asumiendo que quizá alguno de estos datos no son universalmente
conocidos. El descubrimiento de la Dra. Kathleen Brandt me ha impulsado a
hacerlo, ya que las dos estatuas, si están adscritas correctamente, habrían
sido esculpidas más o menos al mismo tiempo y sería interesante compararlas.
La escultura de Úbeda fue destruida durante la guerra
civil española (1936-39) y sólo puedo enviarle una fotografía, en la que
ciertos detalles pueden a pesar de todo observarse. Etc., etc. Fecha de la carta: 20 de marzo, 1996.
Mencionaba yo como donante al Senado veneciano, porque
así lo vi en Nobleza de Andalucía, de
Argote de Molina. Por cierto que allí se dice que la estatua es de alabastro y
no se menciona al Buonarroti como autor; sólo se afirma que es “joya de
excelente escultura”. La contestación a esta carta fue (traduzco y abrevio):
El tema de su carta me interesa personalmente. Siempre
pensé que la idea de Gómez Moreno era acertada. Me entero de que el San Juanito
no fue enteramente destruido, sino que quedan muchos fragmentos que están
siendo estudiados ya mismo en Florencia. Espero verlos pronto y si son
prometedores podríamos tratar de pedirlos en préstamo. Muchas gracias por su
interés y su cortesía al solicitar nuestra atención. Verdaderamente suyo, James David Draper, Henry R. Kravis Curator, European Sculpture and Decorative Arts. Fecha de la carta:
28 de marzo, 1996.
Queda aún tarea en el telar, que espero terminar en mi
próxima entrada.
(continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario