En una entrada
anterior mencioné la palabra inglesa wobble
y ya anuncié que diría algo al respecto. Será una aclaración breve, para
señalar un posible error de sesgo que puede darse en el aprendizaje de idiomas.
Prescindiré de términos de significado no inmediato para algún lector, como sema, semema, morfema, etc.
Manejar con
absoluta corrección una lengua extranjera no es fácil. Con los objetos
materiales no suele haber ambigüedades. Con términos abstractos, el vocablo
aprendido puede tener un contenido semántico distinto al de la palabra que
imperfectamente traduce. El adjetivo ridículo es
menos peyorativo en inglés que en español, por ejemplo, y admito que esto pueda ser debatible.
A veces creemos
que una palabra, en otro idioma, es más precisa, más ajustada, que otra del nuestro y puede no
ser verdad. Aprendí la palabra wobble
leyendo algo sobre la caída de un trompo y pensé que se utilizaba sólo con ese
sentido. Naturalmente, me pareció más apropiada que las palabras españolas
tambalearse, bambolearse, menos específicas. Luego entendí que wobble se aplicaba en otras situaciones
y ese juicio se matizó.
En un
diccionario inglés-español, veo la traducción de wobble: tambalearse, cojear (un mueble), temblar (las piernas). En
otro monolingüe se describe: moverse, o mover, con un balanceo o moción lateral
(side-to-side). En fin, la palabra
tiene la misma polisemia —los varios significados— que en español y análoga
precisión. Mi error de apreciación inicial puede ocurrir con otros vocablos y dar una idea sesgada de su
justeza descriptiva.
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